Como padres y madres, la muerte es uno de los grandes temas ineludibles a transitar con nuestros hijos e hijas. En cada familia se aborda acorde al clima emocional familiar y a sus creencias, sean religiosas o no. Hay muchas formas posibles.
La cuestión, cómo afrontamos nuestra propia muerte y la de las personas que amamos, nos puede ayudar a reflexionar sobre el tema.
Podemos encontrar y ofrecer apoyo a través de nuestro cuerpo. Respirar y tomar conciencia de qué parte de nuestro cuerpo se ve afectado al tratar el tema, permite darle un lugar a la experiencia y que no nos quedemos atascados en la angustia. Abrazarse o cogerse de la mano, facilitan que las niñas y niños puedan sentir e interiorizar el sostén mientras contemplamos los límites de la vida, como el que nos impone la muerte.
Tenemos la palabra, que con los más pequeños es importante utilizarla para alejar el posible terror sin negar la mayor ¡todavía no voy a morir, que no soy tan mayor!
Aparte de estas generalidades que pueden surgir en el transcurso de la terapia, y que podemos utilizar para reflexionar juntos, buscar y encontrar apoyos en terapia familiar, con niñas, niños y adolescentes, otra forma de transitar la muerte es a través de la lectura.
Hace poco entré en contacto con un libro infantil y juvenil chulísimo titulado “¿Así es la muerte?“. Es un libro que trata la muerte con alegría que nos invita a reflexionar y hablar sobre el tema con naturalidad desde muchos puntos de vista diferentes.
Las autoras Ellen Duthie y Anna Juan Cantavella, han realizado un trabajo riguroso y de campo. A partir de unos talleres, que primero probaron ellas mismas y que después invitaron hacer a otras familias, escuelas y bibliotecas de todo el mundo, recopilaron preguntas de niños y niñas entre cinco y quince años. Recibieron cientos de ellas, pero para el libro se quedaron sólo con treinta y ocho. Como cuentan las autoras en el libro, “las preguntas son de todo tipo: científicas, filosóficas, antropológicas, psicológicas y de lo más prácticas”.
Aquí van algunas de ellas:
“Cuando te mueres, ¿se te quita el pensamiento? ¿Cómo sé, cuando me duermo, que no me he muerto? Y si me muero, ¿Qué será de mi consola? ¿Da miedo la muerte? ¿Es verdad que cuando te decapitan, tu cuerpo corre sin cabeza? Si se muere alguien a quien quieres, ¿Cuánto tiempo estás triste? En un futuro, ¿Existirán máquinas para revivir a la gente? ¿Por qué se dice «descanse en paz» y no «descanse divertido»?”.
A través de estas preguntas, aparentemente sencillas, podemos abordar el asunto de la muerte de una manera más cercana y accesible.
Las ilustraciones son geniales también.
Un libro muy recomendado para seres mortales de todas las edades.