“Ni canta, ni baila, pero no se la pierdan.” Artículo de The New York Times respecto a una actuación de Lola Flores en Nueva York.
¿Quién no quiere ser espontáneo y auténtico? ¿Quién no ha sentido en el paso a la vida adulta una cierta pérdida de frescura y candor? Éste es el tema de la niñez perdida del cuento de Peter Pan o, en cierta forma, del mito de la expulsión del Paraíso.
La terapia Gestalt tiene como objetivo principal recuperar la espontaneidad de la persona. Esto resume en gran medida todo el planteamiento. Hay que precisar qué se entiende por espontaneidad. Hay una acepción popular de “espontaneidad” y de “autenticidad” que parece tener que ver más con la excentricidad que con otra cosa. A veces se dice que alguien es muy “auténtico” cuando es raro, o cuando hace lo que le da la gana sin tener en cuenta su entorno. Hay gente que se tiene por espontánea porque es capaz de montar un numerito en cualquier circunstancia.
En terapia gestalt la espontaneidad no tiene que ver con esto. La espontaneidad aparece cuando la actitud deliberada cae, cuando somos capaces de dejar que la autorregulación organísmica tome el control de los movimientos. La gracia de un bailarín, la libertad de trazo de un pintor o la fluidez de un pianista son consecuencia de que una gran parte de sus movimientos están siendo autorregulados. El cuerpo, si se le deja hacer, sabe ser grácil.
La neurosis impide la espontaneidad entendida de esta forma, ya que es un estado permanente de actitud deliberada. Un neurótico controla cada movimiento y no deja que el cuerpo produzca espontáneamente las soluciones.
El contacto final, cuando uno llega a obtener lo que necesita realmente, es el momento de la espontaneidad. La Terapia Gestalt, pues, propone conseguir que nuestra capacidad de contacto con el entorno sea cada vez mayor para que podamos experimentar el sentimiento de autenticidad que éste procura. “El contacto es la realidad más simple e inmediata.” La sensación de tener una vida real, auténtica, la proporciona el contacto con el entorno.
* Este texto ha sido extraído de un conjunto de textos algo más “técnicos” disponibles en Gestaltnet.net.